Refinería de sal
Quien tiene la suerte de trabajar percibe un salario mensual. Hay quien dice salario, hay quien dice sueldo. Porque nuestro idioma es riquísimo en lo que a sinónimos se refiere, y solo mencionaré algunos de los que tiene para este caso: emolumento, gratificación, jornal, paga, remuneración, y estipendio, que es el que más me gusta de todos. Salario quizá sea la denominación más antigua, o en su defecto, la que más historia encierra.
Industria salinera de explotación y refinado de sal gema |
LA SAL
Dicen que la sal es el condimento más antiguo del mundo. Y es probable que también sea el único que proviene de una roca. Es uno de los elementos más habituales en cualquier cocina: tan es así que recibe el sobrenombre de común. Además de potenciar el sabor de las recetas como ninguno, es un generador de apetito del que abusan demasiadas empresas de alimentos precocinados. Y es que su consumo excesivo tiene efectos nefastos en nuestro organismo, motivo por el que se recomienda encarecidamente la reducción de su uso. A pesar de eso, la sal sigue teniendo multitud de connotaciones positivas en el lenguaje cotidiano: cuando alguien es muy divertido decimos que es muy salado. Cuando un alimento tiene poco sabor nos resulta insulso (del latín insulsus, sin sal). Bueno, durante mucho tiempo se le ha añadido sal al melón cuando resultaba algo insípido, hasta que en tiempos más recientes se decidió apostar por el jamón serrano para esos casos (os recomiendo que también combinéis el jamón con piña, da un sabor espectacular). Y quien más y quien menos habrá afirmado en algún momento que “a la vida hay que echarle sal”. Sobran las explicaciones.
Reconocemos en nuestra cultura la
importancia de la sal desde tiempos inmemoriales. Ya en la época de los romanos
la sal tenía un papel fundamental: el de conservación de los alimentos. En unos siglos en los que ni se soñaba con los procesos de ultracongelado, conservar los
alimentos en sal era garantía de su duración. En muchas ocasiones se utilizaba
para pagar el sueldo de los legionarios: de salarium viene la palabra salario,
y por ende asalariado. Incluso da nombre a una importante vía de comunicación
del imperio, la vía Salaria, de fue de vital importancia en el comercio con sal
y en la fundación de la ciudad de Roma.
Vía Salaria - Fuente: Historia General |
La sal tiene actualmente muchos más usos de los que podamos imaginar. Todos la utilizamos para cocinar,
sabemos que sirve para elaborar alimentos tan ricos como las anchoas en
conserva y el jamón serrano, y también hemos oído que en invierno se esparce sal en las carreteras para evitar que se formen placas de hielo. Probablemente no
sepamos que también se usa como complemento en la alimentación del ganado
bovino y ovino, para la elaboración de cloro y productos de limpieza, para la
descalcificación de agua, para la fabricación de elementos decorativos, para
tratar el cuero, y un muy largo etcétera.
LAS MINAS DE SAL
No, la sal no viene del
supermercado. Tampoco es tan refinadita como vemos al abrir el paquete. En
verdad se puede obtener por diferentes vías, tanto extrayéndola de manantiales
o salares como, sobre todo, por la que cualquiera podría imaginar: la
evaporación de agua de mar. Hay otra posibilidad, que será más sorprendente para quien
nunca lo haya escuchado, y es en explotaciones mineras. Precisamente por ser
extraída de las minas, por su brillo, su color, y por su grandísima
importancia en ciertas épocas, la sal también era conocida como oro blanco.
Mina de sal en Cusco - Inka Time Tours |
Se tiene constancia de que muchas
de las minas de sal de España, que datan del Mioceno (hace unos veinte millones
de años, anteayer como quien dice), comenzaron a ser explotadas cuando la
península formaba parte del Imperio romano. Hay quien asegura que incluso
antes, pero no hay suficientes datos como para poder aseverarlo. Hablamos de
un producto tan valioso que, durante siglos, se ha empleado como excusa inigualable
para aumentar la riqueza del reino a base de impuestos, generando monopolios
locales y obligando a la población a la adquisición de una cantidad anual de
sal, la consumieran o no.
Minas de sal de Wieliczka - Maravilloso reportaje en MACHBEL |
La sal fue, durante siglos, una
de las mayores rentas que tuvo la corona. Mediante un real decreto de 1564, Felipe
II dio orden de expropiar todas las minas de sal de propiedad particular,
pasando a formar parte de la corona y estableciéndose así un monopolio
efectivo. Esta arrendaba los derechos de explotación, estableciéndose a las
ciudades la obligación de adquirir la sal que necesitaban en minas concretas, con pena de
multa si compraban a otro proveedor. A mediados del s. XIX volvieron a realizarse
concesiones mineras a particulares, y a finales de siglo la corona procedió a
vender en subasta todas las explotaciones de las que disponía.
12 de diciembre de 2020
Basta que veamos algo todos los días para que no le prestemos atención. No es exactamente el caso del objeto de este artículo, aunque sí se trata de un lugar que he visto en numerosas ocasiones desde hace años, y hasta ayer no me decidí a visitarlo de una vez. Ya que no podemos movernos de nuestra provincia de residencia, aprovechemos para visitar lugares interesantes que nos quedan a tiro de piedra. ¡Saquemos algo positivo al cierre provincial para evitar la expansión de la Covid-19!
La liberalización del mercado de la sal generó un repunte de la producción, explotándose más minas y dando lugar a numerosas empresas de diverso tamaño. Como suele ser habitual, el paso del tiempo y los diferentes éxitos empresariales propiciaron que las empresas más poderosas absorbieran a las más pequeñas, concentrándose la producción. Estas instalaciones pertenecieron a una de las compañías más potentes.
Según indican las fotografías del
Instituto Geográfico Nacional, el lugar donde actualmente se encuentran estas
ruinas no era más que campo a comienzos de siglo. No se tienen fotos
aéreas de la zona hasta finales de los años 90, fecha en la que parece que ya
estaban abandonadas. Gracias a estas imágenes podemos ver tanto el chalé de la
gerencia como las piscinas de hormigón para obtener la sal por evaporación
natural.
Vuelo Americano (1956-1957) - Instituto Geográfico Nacional |
Vuelo SIGPAC (1997-2003) - Instituto Geográfico Nacional |
El mineral de sal obtenido en la mina se disuelve en agua: la salmuera resultante se transporta hacia estas industrias, en cuyas piscinas se procede a la evaporación del agua, aflorando los cristales de sal sin tratar. Esta se somete a un proceso de refinado, que varía en función del uso que se le vaya a dar.
Instalaciones de refinado y almacenaje de sal |
A falta de salmuera, musgo |
Detalle de las piscinas de hormigón |
Estoy dando por hecho que este
chalé forma parte de la explotación de sal, tanto por ubicación como por estado
de abandono, aunque pudiera ser que no tuviera nada que ver. Podemos pensar que
sí, que se trate de la vivienda del gerente de esta industria. Estamos delante
de una construcción con estética típica de los años 60 o 70, en la que podemos
apreciar todos los recursos estilísticos de la época. Pudiera ser que tuviera
cuatro dormitorios (uno de ellos con armario empotrado), salón, cocina,
recocina y cuarto de baño. La distribución es un tanto errática para lo que
estamos acostumbrados: son cosas de la época.
Me vuelven loco los chalés con esta estética |
Esta casa tiene detalles que denotan que se construyó para alojar a alguien de cierta categoría: ventanas con persianas de madera de accionamiento interior, habitaciones con armario empotrado, y una enorme piscina que actualmente no podría ser construida, ya que superaría con creces el límite de profundidad establecido por ley.
Tuberías de acero, también llamadas "de caña" o "cañerías" |
A falta de uno, tres modelos diferentes de azulejo. Al fondo, el tan aclamado gresite |
¡Hallazgo! ¡Un elemento sin romper! |
Una piscina de muy generosas dimensiones, y con una profundidad ilegal en la actualidad |
EPÍLOGO
Nos pasa a todos: tenemos costumbre de centrarnos en objetivos que están lejos en distancia y tiempo, y nos olvidamos completamente de cosas que tenemos al lado de casa. Precisamente por eso, por tenerlas muy cerca. Total, ya iré cuando tenga un hueco. Nunca encontramos el momento, y resulta sorprendente que en muchos casos no conozcamos apenas la comarca en la que vivimos. A veces ocurre que, quien hace turismo en una ciudad, conoce más lugares interesantes que sus propios habitantes.
En momentos como este es cuando
más falta hace: volquémonos en el pequeño comercio. Visitemos nuestros pueblos
y nuestras ciudades. Conozcámonos un poquito más: seguro que nos sorprendemos.
AGRADECIMIENTOS
- Miguel Calvo Rebollar
Interesante información la que has publicado en este reportaje sin perder tú toque de humor más salao que te caracteriza. Buen reportaje y fotografia. Gracias por acercarnos a estos maravillos sitios,y a los que aún, y en mi caso, lo desconocemos.
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Es bonito saber que de esta manera os acerco lugares a los que en estas condiciones no podéis ir. ¡Espero que los próximos reportajes te sigan gustando!
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